México actualmente se encuentra entre los primeros lugares mundiales de obesidad, pero además lídereamos esta estadística en cuando a obesidad infantil se refiere.
Pensábamos que era saludable, pero nuestro hijo tiene sobrepeso. ¿Nos tenemos que preocupar de que padezca obesidad cuando crezca?
Durante décadas se ha asociado al habito de comer abundantemente, como un criterio de salud, cuando de niños de trata.
Actualmente se ha documentado muy bien como la obesidad se ha convertido en una epidemia, pero, sabemos muy poco acerca de los riesgos a largo plazo que tendrán éstos niños dependiendo de su edad y peso.
Un estudio realizado entre la Universidad de Harvard y la Universidad George Washington utilizó un modelo predictivo con 41,567 niños. Se trazaron trayectorias para 4 grupos de acuerdo a su índice de masa corporal, bajo peso o peso normal, sobrepeso, obesidad moderada y obesidad severa. Los parámetros para realizar el presente modelo fueron obtenidos del Censo poblacional, la encuesta de la comunidad Americana, el sistema de vigilancia de factores de riesgo del comportamiento, la encuentra nacional de salud infantil y la NHANES.
Con dicho modelo se busco el riesgo de padecer obesidad a los 35 años de edad así como el riesgo a futuro de presentar obesidad en intervalos de 5 años, de acuerdo al sexo y la edad.
El estudio concluye que si la tendencia de obesidad infantil actual continúa; el 57% de los niños hoy en día, padecerán obesidad a los 35 años. A su vez, el riesgo relativo de obesidad en edad adulta aumenta con la edad y el IMC; desde 1.7 para sobre peso a los 2 años, hasta un 3.10 en súper obesos a los 19 años.
Entre los niños con obesidad, a los 2 años de edad; se encontró que tienen un riesgo del 75% de permanecer con obesidad a los 35 años. En aquellos padeciendo obesidad a los 19 años dicho porcentaje de riesgo se escala a un 88.2%. En aquellos niños no obesos dicho riesgo disminuye de un 54.% por ciento a los 2 años, a un 44.4% a los 19 años de edad.
Los autores concluyen que la obesidad infantil ( ya sea moderada o severa), un riesgo significativo para presentar obesidad en edad adulta. Son importantes las intervenciones en el estilo de vida y alimentación de nuestros niños debido a que aquellos niños cuyo peso se encuentra en rangos saludables tienen menos de un 50% de posibilidades de presentar ésta enfermedad al llegar a adulto.